domingo, 17 de mayo de 2020

CEL cap 35


Novela original por: Ku Cha (裤衩)
Contemplando Escenas de Libertinaje

Capítulo 35


Traducido por: Firu Firu

El hombre hizo su próxima visita en nochebuena.
Han Wei sonrió al hombre, “¿Dos porciones de tiramisú?”
El hombre asintió con la cabeza antes de preguntar, “¿Estás trabajando hoy también?”
“Sí. El jefe tiene una cita a ciegas, pero aún no es lo suficientemente considerado como para darme un descanso.”
“¿Cita a ciegas?” El hombre frunció el ceño.
“Sí. El jefe dijo que se estaba haciendo viejo y que era hora de casarse.” Han Wei empacó el postre y se lo dio a la otra persona junto con el cambio.
La expresión del hombre lucía ligeramente mal cuando agarró sus cosas y se fue apresuradamente.
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La cita a ciegas de Wen Qing no fue agradable.
La dama opuesta a él era bastante bonita. Cada uno de sus movimientos exudaba los encantos persistentes de una mujer. Al principio, conversaron alegremente, pero cuando ella escuchó que él no era dueño de una casa o de un automóvil, el aire entre ellos se estancó. Debajo de los ojos de la dama se escondían pizcas de burla y desdén. Ella bebía continuamente sorbos de su café antes de tomar su bolso y salir al baño.
Wen Qing sonrió impotente. Esperó un rato, pero la dama probablemente no iba a volver. Justo cuando estaba a punto de agitar su mano para pedir la cuenta, otra persona se sentó frente a él.
Era Yan Han.
Wen Qing repentinamente sintió que había pasado un siglo, pero también sentía como si todo hubiera pasado ayer.
Wen Qing se quedó estupefacto por un momento y subconscientemente levantó las comisuras de su boca para formar una sonrisa educada.
El hombre frunció el ceño, “¿Cita a ciegas?”
Wen Qing asintió con la cabeza. En el momento en que lo hizo, al instante sintió que la tiranía brotaba del hombre. Pensó que la otra persona estallaría en ira y lo maldeciría.
Sin embargo, el hombre simplemente suspiró antes de hablar con una voz que repentinamente hizo que Wen Qing tuviera la urgencia de gritar, “Wen Qing, regresa.”
Wen Qing pensó, ¿Quería que regresara?
Wen Qing parpadeó. Pensó que iba a llorar, pero no lo hizo.
Era como si sus conductos lagrimales hubieran envejecido y ya no pudieran producir lágrimas porque se secaron después de las innumerables noches de insomnio.
Y así, Wen Qing negó con la cabeza, “No hay necesidad. La vida es bastante buena aquí.”
El otro hombre bajó la cabeza, “Regresa, Wen Qing. Es tan agotador sin ti. Estoy tan cansado. Regresa Wen Qing.”
Wen Qing, estupefacto, miró al hombre que tenía delante, que parecía como si de repente hubiera envejecido diez años.
“¿Tres años? Pensé que habrías cambiado.”
Era difícil detectar si el tono de voz de Wen Qing era amigable o no. Yan Han no se atrevió a hablar.
“Pensé que te habrías vuelto menos egoísta.”
Yan Han enderezó su figura, “No soy egoísta. Solo quiero que vuelvas.”
“¿Lo ves? Tú eres quien quiere que regrese, no yo. Yan Han, no te debo nada de estos últimos diez años. ¿Acaso no podemos separarnos tranquilamente?
Wen Qing observó a Yan Han, quien tenía la cabeza caída.
Después de mucho tiempo, cuando Wen Qing se levantó y comenzó a irse, Yan Han finalmente dijo suavemente, “No.”
Wen Qing ni siquiera giró la cabeza hacia atrás. Era como si no hubiera oído nada.

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